Reflexiones post #iRedes: Cultura para algoritmos
Salí de la mesa sobre nuevos modos de promoción musical de #iRedes con más preguntas que respuestas, con más preocupaciones que motivos para el optimismo. Me asusta el pasar del oligopolio de las ‘majors’ al de las plataformas de distribución, me preocupa dejar la prescripción cultural (ojo, no sólo la musical) en manos de un par de algoritmos, no más.
Se compone para Spotify, se escribe para Amazon, se crea con la aspiración de ser “similar a” para poder ocupar algún puesto en alguna lista. Se aspira a convencer al algoritmo, no a desarrollar algo nuevo. Es la misma preocupación que tenía en clase de guión, durante la carrera, cuando algunos manuales hollywoodienses decían aquello de “el ‘plot point’ tiene que llegar en el minuto 23”. Como público, quiero que me sorprendan, no encasillarme en estructuras previsibles.
Una cosa es que el acceso a la cultura sea masivo y otra que la creación sea democrática. Si entregamos todo a los algoritmos, adiós al factor sorpresa, adiós a la llegada de nuevos géneros. Faltan espacios relativamente masivos de prescripción, sitios donde pueda prosperar la rebelión. Los que hay se quedan cortos. O faltan o es que yo no los conozco, así que se admiten sugerencias que me tranquilicen un poco.