Esclavos con derecho a voto

Chicas cosiendo ropa para pijos, 54 horas a la semana, por tres euros la hora cuando el patrón quiere pagarles, y hace meses que no quiere. Cuando lo hace, siempre en negro. Es eso o no comer. No son las peor paradas de su entorno, donde la mayoría de la gente malvive con las migajas que suelta o que le roban a un Estado incapaz de fomentar la educación y la creación de un mínimo tejido productivo. Se ve que así, esclavos, los súbditos son más rentables a la hora de votar a la casta dominante, a la izquierda y a la derecha.

No es una escena africana, ni asiática. Sucede ante los morros de presuntos políticos y supuestos empresarios aquí mismo. Y no pasa nada. Señor Montoro, baje de vez en cuando a la zona en la que se crió, a ver si se le cae la cara de vergüenza.