Sobre el polvo y la paja

La credibilidad pasa por huir de las malas prácticas, por la honestidad, y hay mucho de deshonesto en el entorno ruidoso dospuntocerista. Internet es neutro y, lo mismo que favorece modelos de comunicación de una calidad impensable hasta ahora, es maleable por aquellos que añoran en el fondo los vicios del pasado.

Dado que siempre va a existir gente dispuesta a manipular por un puñado de euros — esto afecta a bloguers, gurús y periodistas, como poco — la solución pasa casi exclusivamente por la educación del usuario, que debe convertirse en lector activo para discernir los posts pagados de los “ganados” por la fuerza de los hechos.

Acceder a información de calidad hoy en día pasa por estar preparado para separar el polvo de la paja, por desarrollar un instinto básico de selección de fuentes autorizadas sobre cada tema, por ser crítico con la información que se busca y con la que se recibe. Somos los editores —’curators’ para los ‘snobs’ — de la información que recibimos en los medios sociales, y es nuestra responsabilidad elegir cómo nos informamos, ya que de ahí dependerá nuestro comportamiento posterior en distintos ámbitos de la vida.

No es algo del todo nuevo, hace 20 años el lector también necesitaba de esta preparación para interpretar la realidad a través de los medios, pero era más fácil distinguir el ruido cuando las fuentes a evaluar eran escasas.

No nos van a facilitar las cosas, eso tengámoslo claro, así que ya podemos mejorar nuestra propia educación para acomodarnos a los nuevos pactos de lectura. El problema principal es que, si algo nos falta, es educación.

Las 10 maneras para manejar a la perfección la red social de turno pueden mejorar el conocimiento técnico de una herramienta, pero no nos forman en lo básico: la selección y evaluación del contenido. Los mensajes, no sólo su envoltorio, definen el marco en el que se mueven nuestras ideas. O los interpretamos bien o nos limitamos a ser robots que le dan al “me gusta”.

Nota: Este post, aunque se haya ido por las ramas, está inspirado en esta conversación en Twitter entre @dmartinezpr y @silviaalbert.

A lo mejor sí que somos un poco tontos

Como seres humanos, nuestro sistema operativo se configura, en parte, en el patio del colegio. Quizá por eso nos apasionan las peleas absurdas. Nos gustan tanto que a veces comenzamos a discutir sin prestar atención siquiera al tema sobre el que discrepamos.

Los políticos, que no son tontos, lo saben. Así, igual que cuando vemos una manifestación en TV retenemos las algaradas y olvidamos la causa que las motiva, ellos tratan de que recordemos sus peleas públicas y olvidemos el fondo del asunto.

El asunto ahora tiene que ver con la financiación ilegal constante para sostener las estructuras de los partidos que se reparten el poder. Lo demás es cháchara.

Pero nos gusta la cháchara, y los Sálvames políticos, en emisión en las principales cadenas de televisión y en constante desarrollo en Twitter y Facebook, nos están haciendo olvidar el origen de los males una vez más. Repiten tanto los detalles superfluos y partidistas que acaban adormeciendo al personal, que acaba por no saber de qué habla tanto contertulio y para qué.

Ya no me creo el anuncio de Mediamarkt, algo tontos sí que somos. Y se aprovechan.