Los alquimistas y la “marca España”
Hay quien cree firmemente que la comunicación tiene superpoderes, que permite convertir el plomo en oro, o al menos hacer que lo parezca para que los demás paguen un precio desorbitado por una pesada carga. Para estos alquimistas, la marca es la piedra filosofal capaz de hacer que el vulgo confunda una realidad mísera con el jardín de las delicias.
Olvidan que una marca no es más que una consecuencia, que la comunicación es una vía de transmisión y no de transformación o maquillaje. En ese caso no hablaríamos de comunicación, hablaríamos directamente de manipulación o mentira burda. Creo que la comunicación tiene otros poderes transformadores, pero por la vía del convencimiento ajustado a la realidad, no de los fuegos artificiales.
Si nos empeñamos en hacer ver a los demás lo que no es, si pensamos que hay que hacer un esfuerzo para que el resto del mundo crea que España es el país de las maravillas, seguiremos enrocados en un sistema enfermo que se mantiene en pie a zarpazo limpio mientras asumimos la anomalía como rutina. Si contamos lo bueno y lo malo, que tenemos mucho, al menos seremos conscientes de nuestra realidad para poder cambiarla.
Si la “marca España” va a ser una careta, yo me la quito.
EL POSTRE: Para escuchar de fondo, ‘Múltiplos de cero’, el nuevo artefacto musical que hemos perpetrado en 57 grados.