Por un par de croquetas

Odio los blogs en los que el autor se limita a hacer un clipping de sí mismo y no para de autocitarse, pero soy un tipo contradictorio, como la mayoría de los seres humanos, así que hoy voy a hacerlo, como si fuera un ‘influencer’ de esos que ganan dos croquetas al mes por cada mil ‘followers’ en Twitter. Pinchad en el anterior enlace, que siempre es bueno leer a Pascual Drake.

La semana pasada me permití el gustazo de volver a escribir sobre música en el recién nacido blog de esos genios llamados MUWOM. La tesis del artículo era tan sencilla como evidente a estas alturas: el proceso se impone al producto. En realidad, el razonamiento no es algo exclusivo del mercado musical, tal y como exponen Mario Tascón y Yolanda Quintana en su libro ‘Ciberactivismo’ cuando hablan del cambio de la “sociedad fábrica” a la “sociedad en red”. La misma idea se escondía detrás de (y vuelvo a citarme cual ‘influencer’) ‘Del acto individual al relato colectivo’, lo cual demuestra que no es muy difícil deducir lo que está pasando, hasta yo lo hice.

Dicho esto, ya que no sabemos a dónde vamos “con la que está cayendo” (más de 19 millones de resultados en Google), disfrutemos al menos del camino y aprovechemos cada momento para tratar de cambiar lo que nos ancla a esa “sociedad fábrica” que se deshace ante nuestras propias narices. Igual si cada uno se esfuerza por mejorar parte del proceso que nos lleva a generar productos dañinos salimos de la crisis antes de tiempo.

NOTA: Queridos ‘influencers’, las croquetas no dejan de ser un producto, no os cebéis.