¿Y si no quiero?

Este es un mensaje a todos los que insisten en que este blog mejoraría y tendría éxito si aplicara una serie de sencillas normas que, por lo visto, hacen que te forres escribiendo cualquier cosa. No, este blog no cumple ni siquiera mínimamente con ninguna lista de “cosas que hacer para que tu blog tenga éxito”, y la razón es muy sencilla: No es mi intención.

En los últimos lustros he tenido la ocasión de escribir en blogs y webs con “éxito” y en sitios que pasaron desapercibidos. Si abrí una cuenta más en wordpress fue buscando desahogos momentáneos, un lugar en el que escribir de vez en cuando, aunque no lo lea nadie.

Un blog no es más que una herramienta, y las intenciones que hay detrás de quien la usa pueden ser de lo más variado. Respetémoslas en lugar de dar la vara con “mejora tu blog, ten éxito con él y bla, bla, bla”. Stop homeópatas.

Ya se nos pasará

La frase “la información es poder” se le atribuye a Francis Bacon, quien, probablemente, la pronunció a principios del siglo XVII. Hoy, año 2012, hay quien sigue la máxima a rajatabla sin darse cuenta de que corre el riesgo de hacer el ridículo.

Evidentemente, poseer un conocimiento relevante sobre un tema concreto en un régimen de escasez informativa otorga una posición de ventaja, eso es indudable. Pero que alguna información nos dé beneficios no significa que toda la información tenga esos superpoderes.

Se nos llena la boca con las ventajas de compartir información en los medios sociales. Toda una revolución que, en teoría, nos debe hacer más listos, más libres, y, si nos ponemos, hasta más altos y más rubios. Sin embargo, la mayoría de la información que compartimos en las redes sociales, o es basura, o no es información .

Saber que tu vecino ha corrido cinco kilómetros en 40 minutos no cambiará tu vida; una foto de una paella, tampoco. Las opiniones de cualquier voz no cualificada sobre cualquier tema peregrino no contribuirán a que nos suban el sueldo. Hacer un retuit no es “pasar a la acción”.

Nos han sentado en el plató de ‘La clave’ (atención, referencia viejuna) y nos estamos comportando como si estuviéramos en la tertulia de ‘Gran hermano’. No pasa nada, puede ser hasta divertido, al fin y al cabo acabamos de salir de la casa de Guadalix y estamos desatados. Ya se nos pasará.