Lo que son las percepciones

En 57 grados estamos preparando nuevo disco. Estamos en el principio de un laaaaaargo proceso que no sabemos cuándo acabará. Es el momento de empezar a dar forma a esos entes con vida propia que son las canciones. Las trabajamos entre tres, así que por el momento sólo influye en el proceso la opinión menos objetiva de todas: la del músico.

En los últimos ensayos (menos de los que nos gustaría, que esto del tiempo libre está más caro que la gasolina) se pueden oír frases como “esto me suena a Muse”, “nos ha salido una clavada a Los Deltonos”, “vaya mezcla de Gov’t Mule con Love of Lesbian que vamos a soltar”, etc. Es lo que nosotros percibimos. Ni más,  ni menos.

Pero los grupos de rock tenemos una ventaja con respecto a aquellos que se lanzan a contar cosas pensando que la audiencia va a interpretarlas del mismo modo que ellos. Por experiencia, sabemos que cada oreja es un mundo, y que habrá un crítico que nos comparará con un grupo que ni sospechamos, habrá gente a la que le pareceremos más duros que Sepultura en directo y algunos vendrán a vernos y pensarán que nos hemos vuelto unos blanditos.

No somos la medida de nada, ni siquiera de nuestras propias creaciones. Aplíquese a lo que corresponda.

¿Por qué nadie le pregunta a las ‘beliebers’?

Los titulares dicen más o menos lo siguiente: “Se dispara el uso de Twitter entre las mujeres” o “Aumenta el uso de Twitter desde los móviles”. Esto se deduce de un estudio presentado por la Asociación Española de la Economía Digital, de cuya buena fe no dudo, dado que conozco a varios miembros de su junta directiva.

El problema llega cuando, tras ver el titular retuiteado cientos de veces, te detienes a mirar el estudio y empiezas a sacar otras conclusiones. Si damos por válido el dato del uso de Twitter por parte de las mujeres (un 49,3%), porque tiene sentido, también deberíamos de aceptar otras conclusiones del estudio que patinan un poco, como que más del 50% de los usuarios de la plataforma han estudiado un máster y el 80% tiene una carrera universitaria.

En España somos muy listos y muy mentirosos, pero de ahí a tener tan alto índice de postgraduados hay un largo camino. Evidentemente, el estudio se basa en una muestra pequeña, poco más de 700 usuarios de Twitter, que respondieron a una encuesta en la web de la asociación. Es fácil deducir que los cientos de miles de usuarios que hablan de Justin Bieber a diario en la web del pajarito no participaron en el informe. Siento decirlo, pero sin necesidad de hacer ningún estudio, me da a mí que la gente que habla de ése y otros temas aparentemente frívolos es mayoría. Ahí están los TT.

Eso sí, viste mucho decir que los usuarios de Twitter somos de otra pasta, que el 80% hablamos de trabajo y no de nuestras aficiones, nuestras chorradas y nuestras manías. Que todos somos altos, rubios y guapos. Esto puede ser real en el entorno de los encuestados, no lo dudo, pero fuera de ese círculo…

Y que conste en acta: El problema no está en quienes hacen un estudio conociendo sus limitaciones, está en quienes lo replican como si fuera la Biblia sin explicar el detalle. 

Zarzamora project: Resultados del estudio

Para entender este post es necesario haber leído anteriormente esto: El 60% de las empresas no ve un retorno directo a su inversión en social media.

Al lío. En primer lugar, gracias a @joseantoniogall, @mtascon, Marcos Marrodán y @PabloArqued por colaborar en el experimento, con su ayuda conseguimos llegar a cerca de 23.000 posibles impactos con el enlace al post falso. La primera conclusión de este estudio, tan poco científico como la mayoría de los que leemos sobre redes sociales, es que el tema tratado en el titular no le importó a casi nadie.

Casi el 100% de los impactos fueron inútiles, ya fuera porque los usuarios tenían otra cosa más importante que hacer en ese momento o porque el tema, directamente, no interesaba. Así que, ya véis, el famoso debate sobre el retorno de la presencia en redes sociales no importa ni al Tato.

El Tato, en este caso, son 71 personas, de las cuales tan sólo 11 se pincharon con las espinas al no ver que estaban agarrando un tallo de zarzamora. Pese a cualquier prejuicio, ahora sabemos que infundado, el estudio demuestra que la mayoría de los que leyeron el titular pincharon el enlace para leer el contenido. Si después se rieron, les pareció un timo o se cabrearon y se quedaron llora que llora por los rincones, no lo sabemos.

Los 11 entusiastas que retuitearon el mensaje, respondieron a su contenido o lo marcaron como favorito sin leerlo, presentan un grupo dispar. Está el típico cachondo que suelta lo primero que se la pasa por la cabeza y después, como es colega del autor del tuit, lo lee y se lleva las manos a la cabeza. Además de @pascualdrake (seguidle, anda, que tiene gracia de verdad), hubo quien respondió al mensaje tomándoselo en serio. Recibí una respuesta preguntando por la metodología que usan las empresas para medir el retorno y otra asegurando que en tiempos de crisis es normal que éste no se produzca. Esto me parece más grave, por prudencia no desvelaré la identidad de estos dos usuarios ni la de los otros dos que, incomprensiblemente, marcaron el tuit como favorito sin llegar a pinchar en el enlace.

Entre los engañados, también está el robot, que incluye directamente el enlace en un tuit confiando en que el autor ha dicho algo interesante sobre un tema concreto. Lo hizo el boletín ‘Banca al aire’, de @falvarezcano. Perdón, Paco, siempre es fácil engañar a R2D2. El resto de los que picaron lo hicieron simplemente por fe ciega en el mensaje y/o en su autor. Gracias por confiar tanto en nosotros, pero cuidado, como dice ‘House’, “todo el mundo miente”.

Conclusiones:

– Por muchos seguidores que tengamos, no influimos gran cosa, y menos cuando hablamos de temas tan aburridos como el uso de las redes sociales por parte de empresas. Aunque sea comidilla de gurús, no interesa. Con un tuit sobre fútbol o Gran Hermano el resultado hubiera sido distinto (ya probaremos).

– Los interesados en un tema tienden a leerlo. Fuera prejuicios.

– Antes de retuitear un titular que confirma tu punto de vista, lee.

El 60% de las empresas no ve un retorno directo a su inversión en social media

Que tiene la Zarzamora que a todas horas llora que llora por los rincones. Ella que siempre reía y presumía de que partía los corazones. Del querer hizo la prueba y un cariño conoció. Que la trae y que la lleva por la calle del dolor. Los flamencos del colmao la vigilan a deshora, porque se han empestillao en saber del querer desgraciao que embrujó a la Zarzamora.

Enhorabuena, querido lector, si has llegado hasta aquí, ya has visto que este post es una coña marinera. Bueno, en realidad, no. Es un experimento. Se trata de comprobar cuánta gente es capaz de retuitear un titular molón sin pinchar en el enlace que lo acompaña. ¿Habrá algún incauto que lo haga? ¿Serán varios? ¿Se convertirá el titular en TT y acabará siendo la cola de un telediario? ¿Pasará desapercibido y no habrá sido más que una pérdida de tiempo? ¿Cuánto son (eran) 400 dracmas? La respuesta, en este mismo post, dentro de un par de días. Mientras tanto, puedes usar los comentarios de este blog para apostar por el resultado del experimento. Gracias por participar y perdón por la broma, consuélate con ser uno de los inquietos que aún lee los textos íntegros.